lunes, 7 de octubre de 2024

Perfil de María Moliner

    


    En esta entrada hablaré de María Moliner (1900-1981), bibliotecaria, archivera, filóloga y lexicógrafa, conocida por ser la autora del Diccionario del uso del español (1966-1967).

    María Juana Moliner Ruiz nació en Paniza (Zaragoza) en 1900, siendo la mediana de tres hermanos. La etapa de su educación y formación, entre 1900 y 1921, se desarrolló entre Madrid y Zaragoza. En Madrid estudió en la Institución Libre de Enseñanza y realizó, como alumna libre, los exámenes del bachillerato en el instituto general y técnico Cardenal Cisneros. En 1915 pasó al Instituto Goya, por entonces General y Técnico de Zaragoza, del que fue alumna oficial a partir de 1917 y donde obtuvo el título de bachillerato en 1918. Fue en Zaragoza, también, donde estudió Filosofía y Letras, en la especialidad de Historia, licenciándose en 1921 con sobresaliente y Premio Extraordinario.

    En 1922 ingresó por oposición en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, lo que la llevó a trabajar en diversos destinos laborales en su carrera como bibliotecaria: primero en el Archivo de Simancas, y luego en Murcia, en el Archivo de la Delegación de Hacienda. Posteriormente, a comienzos de la década de 1930, se trasladó con su familia a Valencia para trabajar en el Archivo de la Delegación de Hacienda.

    Entre 1930 y 1939 su actividad profesional fue muy fecunda: participó en la Escuela Cossío (que se inspiraba en el modelo pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza) como profesora de Literatura y Gramática, como vocal de su consejo director y como secretaria de la Asociación de Amigos; colaboró en las Misiones Pedagógicas de la República y en la organización de las bibliotecas rurales; dirigió la Biblioteca de la Universidad de Valencia (1936-1937) y, posteriormente, la Oficina de Adquisición y Cambio Internacional de Publicaciones; asimismo fue vocal de la sección de bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico. En este período escribió también una comunicación para el II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía (1935) con el título Bibliotecas rurales y redes de bibliotecas en España, unas Instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas (1937) y un Proyecto de Bases para la Organización de las Bibliotecas del Estado (1939), las dos últimas publicadas como anónimas. Sin embargo, al finalizar la Guerra Civil sufrió represalias políticas, ya que perdió dieciocho puestos en el escalafón del Cuerpo de Archiveros, no recuperando su categoría hasta 1958.

    En 1946 comenzó a dirigir la biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, donde permaneció hasta su jubilación, en 1970. En ese año inició la tercera etapa de su vida, íntegramente en Madrid, en la que concibió y elaboró el Diccionario de uso del español (1966-1967), publicado por la editorial Gredos, uno de los diccionarios más importantes y renovadores de la lexicografía española, al que dedicó más de quince años de su existencia, elaborándolo en su casa fuera de sus horas de trabajo.

    En 1972 fue propuesta como candidata para ocupar un sillón en la Real Academia Española, que habría hecho de ella la primera mujer en entrar en la Academia, pero finalmente fue elegido el filólogo y lingüista Emilio Alarcos Llorach. Se han apuntado, entre los posibles motivos para no aceptarla, el "intrusismo" profesional (ya que no era filóloga de formación) y su condición de mujer, una mujer que había elaborado un diccionario por su cuenta, fuera de los círculos académicos, que además cuestionaba el oficial de la RAE.

    En 1975 enfermó de arteriosclerosis cerebral, lo que motivó su retirada de la vida intelectual. Murió en Madrid el 22 de enero de 1981 a causa de una enfermedad respiratoria.

    Se puede decir que María Moliner representa el modelo de mujer intelectual del siglo XX: pionera universitaria y estudiante brillante, progresista y protagonista de una ingente y prolongada labor profesional y intelectual ejemplificada en la elaboración, por su propia cuenta, de una gran obra cuyo valor no ha hecho más que aumentar con el paso de los años, el Diccionario de uso del español. El episodio de su no entrada en la Real Academia Española es un claro ejemplo del machismo institucional que imperaba aún en los años 70 del siglo pasado, no dispuesto a reconocer el gran trabajo intelectual llevado a cabo de manera independiente por una mujer. Por fortuna, el paso del tiempo no ha hecho más que revalorizar la figura y la obra de María Moliner.

    Fuentes:

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